T-MEC se mantiene firme pese a reformas en México, asegura Larry Rubin
A pesar de las reformas judiciales y la desaparición de órganos autónomos en México, el T-MEC sigue siendo sólido, aunque podrían surgir discusiones durante su revisión en 2025 y 2026.
El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) ha sido uno de los acuerdos comerciales más trascendentales en la historia de América del Norte, consolidando una cooperación económica clave entre las tres naciones. A pesar de los recientes cambios en el panorama político y judicial de México, Larry Rubin, presidente de la American Society of Mexico (Amsoc), ha expresado su confianza en la solidez de este acuerdo trilateral.
Rubin destacó que, aunque las reformas impulsadas por el gobierno mexicano, incluyendo la desaparición de algunos órganos autónomos, han generado preocupación en ciertos sectores, el T-MEC permanece «sólido». En particular, mencionó la desaparición del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), un organismo clave para la regulación del sector en México, como uno de los temas que podría ser objeto de discusión en las próximas revisiones del tratado.
El presidente de Amsoc subrayó que la desaparición del IFT y otras reformas judiciales podrían complicar las negociaciones futuras, especialmente en la revisión prevista para 2025 y 2026. Sin embargo, Rubin enfatizó que, por el momento, el tratado sigue operando de manera efectiva, garantizando la continuidad del comercio y la inversión entre las tres naciones.
El T-MEC, que entró en vigor en julio de 2020, ha sido una herramienta vital para fomentar el comercio y la inversión en América del Norte, generando millones de empleos y promoviendo un crecimiento económico sostenido. No obstante, la estabilidad del acuerdo depende en gran medida del entorno político y regulatorio en cada uno de los países miembros.
Las recientes reformas en México han despertado inquietudes no solo en la comunidad internacional, sino también entre los socios comerciales de México. La desaparición de organismos autónomos como el IFT plantea preguntas sobre la transparencia y la imparcialidad en la regulación de sectores clave, lo que podría afectar la confianza de los inversionistas y, en consecuencia, las relaciones comerciales trilaterales.
De cara a la revisión del T-MEC en 2025 y 2026, las reformas en México serán un tema inevitable en la mesa de negociaciones. Sin embargo, Rubin confía en que los tres países lograrán superar cualquier desafío que surja, manteniendo la fortaleza del acuerdo que ha sido fundamental para la prosperidad económica en la región.
El futuro del T-MEC, aunque sólido en su base, dependerá de cómo los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá manejen las reformas internas y su impacto en las relaciones trilaterales. En este contexto, el diálogo y la cooperación serán esenciales para garantizar que el tratado siga beneficiando a las economías de América del Norte en los años venideros.