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Propuesta de paz y reforestación: Claudia Sheinbaum impulsa cambio en el G20

La presidenta Claudia Sheinbaum llama a destinar el 1% del gasto militar global de los países del G20 para el mayor programa de reforestación en la historia, buscando sembrar paz y vida en el planeta.

En la reciente Cumbre de Líderes del G20, realizada en un escenario marcado por crisis climáticas y desafíos geopolíticos, la presidenta Claudia Sheinbaum propuso un ambicioso proyecto que busca unir a las potencias mundiales en torno a un objetivo de paz y sustentabilidad. Durante su discurso, Sheinbaum sugirió que los países miembros del G20 destinen el 1% de su presupuesto militar a un programa de reforestación de dimensiones históricas. Esta medida, bautizada como «Sembrar Paz y Vida,» pretende no solo abordar la deforestación y la crisis climática, sino también enviar un mensaje de cooperación y responsabilidad global.

La iniciativa de Sheinbaum surge en un contexto donde los conflictos armados y el gasto en defensa han alcanzado cifras sin precedentes. De acuerdo con cifras del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI, por sus siglas en inglés), el gasto militar mundial superó los dos billones de dólares en 2023, con gran parte de esos fondos destinados a armamentos y tecnología de defensa avanzada. Para Sheinbaum, un enfoque alternativo de inversión podría tener un impacto significativo y positivo en el bienestar global: «Sembrar Paz y Vida no solo es un proyecto de reforestación; es un llamado a transformar la manera en que los gobiernos priorizan sus presupuestos y valores,» señaló en su intervención.

Impacto ambiental y económico de la reforestación global

El potencial de reforestación a nivel global ha sido ampliamente estudiado y demostrado como una de las soluciones más eficaces para mitigar el cambio climático. Según la Universidad de Zúrich, el planeta cuenta con suficiente terreno degradado que, de ser reforestado, podría capturar hasta 205 gigatoneladas de dióxido de carbono, lo cual representaría aproximadamente dos tercios del carbono emitido por actividades humanas desde la revolución industrial.

La propuesta de Sheinbaum pretende que cada país invierta en áreas de reforestación dentro de su propio territorio o en zonas críticas del planeta, priorizando los pulmones verdes como la Amazonía, el Congo, o los bosques del sudeste asiático, que han sufrido históricamente deforestación. Se estima que este esfuerzo generaría no solo beneficios ecológicos, sino también oportunidades económicas, al crear empleos verdes en las zonas de plantación y fomentar la educación y la investigación ambiental.

Una propuesta disruptiva en un escenario de división global

A pesar del noble propósito de la iniciativa, la propuesta de Sheinbaum podría enfrentar desafíos significativos en el G20, especialmente en un momento de tensión internacional entre algunos de sus miembros. La relocalización de fondos militares hacia programas de reforestación implica una priorización que muchos gobiernos podrían no estar dispuestos a adoptar en medio de conflictos territoriales y tensiones geopolíticas. Sin embargo, la presidenta señaló que la seguridad climática es un asunto de seguridad global y que destinar recursos a la paz ambiental es, en esencia, una inversión en un futuro estable para todos.

“Si bien la paz se construye con diálogo, también debe cuidarse el hogar en el que todos coexistimos: el planeta”, concluyó Sheinbaum, quien instó a sus homólogos a considerar el llamado desde un enfoque humanitario y de justicia climática.

¿Hacia un nuevo paradigma de paz y desarrollo sostenible?

El llamado de Claudia Sheinbaum en el G20 plantea una visión en la que la paz no solo implica la ausencia de conflicto, sino una reconstrucción activa del entorno natural que sostiene a las generaciones presentes y futuras. Con la crisis climática intensificando desastres naturales y afectando la seguridad alimentaria, la presidenta destaca que el cambio de paradigma en el gasto militar podría ser el primer paso hacia un futuro donde las prioridades globales se enfoquen en restaurar el equilibrio entre las naciones y el medio ambiente.

El programa «Sembrar Paz y Vida» simboliza un intento audaz por transformar el rol de las potencias mundiales en guardianes de la naturaleza. En el cierre de la cumbre, Sheinbaum subrayó que este tipo de decisiones podrían determinar el legado de la generación actual de líderes. ¿Responderán las naciones a este llamado y avanzarán hacia un mundo más verde y pacífico? La propuesta ahora queda en manos de los líderes del G20, quienes deberán sopesar el costo de invertir en paz a largo plazo frente a los desafíos inmediatos.

La propuesta de Claudia Sheinbaum en la cumbre del G20 ha resonado globalmente como una alternativa visionaria para un mundo cada vez más dividido y vulnerable. En última instancia, su éxito dependerá de la voluntad política de las naciones para reconfigurar sus prioridades, colocando la paz y la vida por encima de los conflictos.

Por Orlando J. Gutiérrez

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