Ovacionado estreno de Rigoletto en Bellas Artes 2025
Una versión ambientada en el México sesentero reafirma la vigencia de la ópera de Verdi, con entradas agotadas para toda la temporada
Ciudad de México.— Las luces del majestuoso telón de la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes se alzaron este jueves 8 de mayo para dar inicio a una nueva temporada de Rigoletto, una de las óperas más aclamadas de Giuseppe Verdi, que regresa con una poderosa propuesta escénica que dialoga directamente con el México urbano de mediados del siglo XX.
Bajo la dirección concertadora del maestro Benjamin Pionnier y con una puesta en escena a cargo del reconocido director teatral Enrique Singer, esta producción logra un audaz equilibrio entre fidelidad musical y reinterpretación visual, transportando al público a un México de los años sesenta que, lejos de desentonar, enriquece y resignifica los temas eternos de la obra: el abuso de poder, la venganza, la corrupción y el sufrimiento humano.
Un México sesentero como espejo del drama verdiano
Singer, director de la Compañía Nacional de Teatro, apuesta por una narrativa visual cargada de simbolismo social. La historia del bufón maldito y su trágico destino se desarrolla ahora entre trajes a la medida, luces de neón, arquitectura brutalista y los ecos de un país dividido entre modernidad y autoritarismo. El México de los sesenta, con su telón de fondo político e industrial, resulta un marco perfecto para evidenciar la vigencia de la crítica de Verdi a las estructuras de poder.
“Los temas de Rigoletto no están anclados a un periodo específico. Son profundamente humanos, y lamentablemente, todavía muy actuales”, explicó Singer tras el estreno.
El escenario no busca replicar la corte de Mantua del siglo XIX, sino reflejarla en un contexto que resuene con el espectador contemporáneo mexicano. Esta relectura local convierte al duque en un personaje que recuerda a los viejos caudillos políticos, rodeado de aduladores, favores sexuales y simulaciones de justicia, mientras que Rigoletto se convierte en el empleado de confianza atrapado en una espiral moral que lo arrastra.
Dirección musical precisa y emotiva
El director francés Benjamin Pionnier, al frente de la Orquesta y Coro del Teatro de Bellas Artes, ofrece una lectura clara, vibrante y emocionalmente detallada de la partitura. Con tiempos dramáticamente calculados, logra sostener la tensión de cada acto sin perder la belleza melódica de las arias más emblemáticas, como «La donna è mobile» y «Caro nome».
La respuesta del público fue unánime: ovaciones de pie y prolongados aplausos marcaron el cierre de la primera función. La combinación de precisión musical y riesgo escénico parece haber sido una fórmula ganadora para esta nueva temporada.
Elencos y boletos agotados
La producción cuenta con un elenco doble de voces nacionales e internacionales, cuidadosamente seleccionadas para equilibrar solidez técnica y capacidad dramática. Aunque los nombres aún no han sido revelados oficialmente por el INBAL en su totalidad, la calidad vocal de la función inaugural confirmó el alto nivel artístico del montaje.
Apenas iniciada la temporada, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) confirmó que todas las funciones están ya agotadas, testimonio del interés que esta nueva visión de Rigoletto ha despertado entre el público operístico.
Una ópera viva, en diálogo con el presente
La apuesta por recontextualizar Rigoletto sin traicionar su esencia artística demuestra la vitalidad de la ópera como arte vivo, capaz de seguir conmoviendo y cuestionando al espectador moderno. Esta versión, producida por la Ópera de Bellas Artes, no solo rinde homenaje a Verdi, sino que lo proyecta hacia una nueva generación de espectadores.
Con esta temporada, Bellas Artes reafirma su papel como epicentro cultural del país, capaz de sostener el diálogo entre tradición y actualidad, y seguir atrayendo públicos diversos hacia una de las formas más completas de arte escénico.
