México responde con firmeza a EE.UU.
Presidente López Obrador critica la unilateralidad estadounidense en su papel fiscalizador, subrayando la necesidad de reciprocidad y respeto soberano en las relaciones internacionales.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, elevó su voz contra lo que considera una injerencia unilateral por parte de Estados Unidos en el ámbito de los derechos humanos durante su conferencia de prensa matutina. En el centro del debate se encuentra el reciente informe del Departamento de Estado estadounidense, el cual acusa a México de no abordar adecuadamente los casos criminales del año anterior.
López Obrador manifestó su desacuerdo con la postura asumida por EE.UU., destacando que la nación norteamericana no respeta plenamente la soberanía de otros países y se erige como «juez del mundo». La crítica del mandatario mexicano apunta a lo que percibe como una actitud injerencista por parte de Washington, que contradice los principios de igualdad y respeto entre naciones.
El informe emitido por el Departamento de Estado resalta altos índices de violencia e impunidad en México, aspectos que López Obrador rechaza y considera injustos. Asimismo, el presidente mexicano puso sobre la mesa el caso del exsecretario de Seguridad, Genaro García Luna, cuyo proceso judicial en Estados Unidos ha generado controversia y señalamientos sobre la demora en su juicio.
Además de cuestionar la postura estadounidense en materia de derechos humanos, López Obrador no dudó en señalar aspectos de la política interna de EE.UU. que considera problemáticos. Desde la situación del activista Julian Assange hasta la política de guerra contra las drogas y el trato a los migrantes, el presidente mexicano subrayó la importancia de una revisión mutua de prácticas y políticas.
El informe del Departamento de Estado también aborda las críticas de López Obrador hacia periodistas, calificándolas como una amenaza a la libertad de expresión. Sin embargo, el secretario de Estado, Antony Blinken, defendió el informe como una evaluación objetiva de los derechos humanos a nivel global, en la que todos los países son sometidos al mismo escrutinio.
Este intercambio entre México y EE.UU. resalta la complejidad de las relaciones bilaterales y la importancia de un diálogo respetuoso y constructivo en la arena internacional. Más allá de las diferencias, ambos países comparten una larga historia de cooperación y deben trabajar en conjunto para abordar los desafíos comunes y promover los derechos humanos en la región.