México atrae inversión extranjera con ‘Nearshoring’
El país se consolida como destino clave para empresas globales, pero enfrenta desafíos en infraestructura y capital humano. Ciudades como Juárez lideran la transformación industrial.
México se ha posicionado como un mercado atractivo para inversiones extranjeras en sectores estratégicos como el alimentario, farmacéutico y de autoservicios. Este fenómeno se ha intensificado en medio de las amenazas arancelarias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que han llevado a empresas globales a buscar alternativas para sortear los gravámenes. Una de estas alternativas es el nearshoring, una estrategia que consiste en trasladar la producción a países cercanos para reducir costos en salarios, energía, insumos e impuestos.
Según datos de El Economista, esta tendencia ha generado un flujo significativo de capitales externos hacia México, especialmente desde países que buscan evitar los aranceles impuestos por Estados Unidos. Sin embargo, el nearshoring no está exento de críticas. Algunos analistas señalan que esta estrategia beneficia principalmente a las empresas con mayor capital, que buscan maximizar sus ganancias trasladando operaciones a regiones con costos más bajos, sin necesariamente generar un impacto positivo en las comunidades locales.
Ciudad Juárez: Un Caso de Estudio en la Frontera
En el contexto del nearshoring, ciudades fronterizas como Ciudad Juárez, en Chihuahua, han cobrado especial relevancia. Vecina de El Paso, Texas, esta urbe se ha convertido en un imán para la industria, especialmente en la producción de electrodomésticos y aparatos electrónicos. En 2024, Ciudad Juárez fue la segunda ciudad más atractiva de México para la relocalización de actividades productivas, solo por detrás de Monterrey, con el 17 % de la demanda inmobiliaria industrial a nivel nacional.
No obstante, este crecimiento ha tenido un impacto significativo en el mercado de viviendas. Los precios de compra y renta de casas nuevas y antiguas se han elevado considerablemente, lo que ha generado un desafío adicional para los residentes locales. Isela Molina, presidenta de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), explicó a RT que el aumento del empleo ha impulsado una «gran demanda de vivienda vertical y de casas nuevas». Sin embargo, advirtió que no todos los empleos generados por el nearshoring se traducen en una mayor demanda de vivienda, especialmente si persiste el estigma de México como un país maquilador.
Los Desafíos del Nearshoring: Capital Humano e Innovación
Aunque el nearshoring ofrece oportunidades económicas, también enfrenta obstáculos importantes. Uno de los principales es la falta de capital humano especializado. Molina destacó que, si bien la demanda de empleo derivada de la relocalización de empresas es alta, la oferta laboral en ciudades como Juárez aún no está a la altura de las necesidades de las industrias modernas.
Para superar este desafío, México está apostando por un nuevo concepto: la mentefactura. Este término, que prioriza la innovación y el conocimiento técnico, busca transformar la imagen del país como un proveedor de mano de obra barata para convertirlo en un hub de producción inteligente y tecnológicamente avanzado. «Vemos un potencial enorme en que no solo seamos una ciudad industrial de mano de obra barata, sino que también apostemos por la innovación», afirmó Molina.
Las Dos Caras del Nearshoring
El dilema del nearshoring refleja una tensión clave en el desarrollo económico de México. Por un lado, las empresas extranjeras encuentran en el país ventajas logísticas y costos competitivos que les permiten optimizar sus operaciones. Por otro, la preparación de la fuerza laboral y la infraestructura educativa aún están en proceso de adaptación para satisfacer las demandas de una economía globalizada.
Esta situación plantea una pregunta crucial: ¿la mercantilización de las ciudades mexicanas, impulsada por el nearshoring, beneficia principalmente a la inversión extranjera, o es un punto de partida hacia resultados económicos y sociales más amplios y equitativos?
Mientras ciudades como Juárez y Monterrey lideran esta transformación industrial, el futuro del nearshoring en México dependerá de la capacidad del país para equilibrar los intereses de las empresas globales con las necesidades de desarrollo local. Solo así podrá consolidarse como un destino no solo rentable, sino también sostenible y justo para la inversión extranjera.