Logran detener al expresidente de Corea del Sur
Yoon Suk-yeol, acusado de insurrección, se convierte en el primer mandatario surcoreano arrestado tras ser destituido por imponer la ley marcial.
Yoon Suk-yeol, el exmandatario surcoreano, fue detenido este 15 de enero tras ser acusado de liderar un intento de insurrección. La Oficina de Investigación de la Corrupción para Altos Funcionarios (OIC) ejecutó la orden de arresto en medio de tensiones y una fuerte resistencia en la residencia presidencial en Seúl.
La detención marca un hecho sin precedentes en la historia de Corea del Sur, convirtiendo a Yoon en el primer presidente en afrontar un arresto, aunque ya había sido destituido de su cargo. El proceso judicial contra Yoon se desencadenó tras la imposición temporal de la ley marcial el pasado 3 de diciembre, una medida que fue revocada pocas horas después debido a la presión del Parlamento. Esta acción, considerada una maniobra extrema y autoritaria, desató su caída y posterior proceso legal.
Operativo con resistencia militar
El arresto de Yoon fue el resultado de una operación que requirió varias horas de negociación y el uso de fuerza moderada por parte de las autoridades. Investigadores de la OIC, respaldados por la Policía, enfrentaron una resistencia inicial por parte de militares leales a Yoon y el Servicio de Seguridad Presidencial, quienes bloquearon el acceso con barricadas y vehículos. Tras superar estos obstáculos, los investigadores lograron acceder al recinto.
Durante el operativo, cerca de 6,500 simpatizantes de Yoon se congregaron frente a la residencia presidencial en protesta por su arresto. La Policía desplegó a más de 3,000 agentes para contener y dispersar a los manifestantes, en algunos casos recurriendo al uso de la fuerza.
Intentos fallidos de arresto
La detención de Yoon llega después de un fallido intento de arresto el pasado 2 de enero. En esa ocasión, la resistencia militar y la negativa de la Policía a colaborar impidieron la ejecución de la orden. El destituido presidente, además, había ignorado múltiples citaciones judiciales para responder a las acusaciones en su contra.
El 5 de enero, el jefe del equipo investigador, Choo Mi-ae, reveló que el director del Servicio de Seguridad Presidencial había dado instrucciones para usar granadas aturdidoras y balas reales en caso de una confrontación física. Estas declaraciones evidencian la lealtad de ciertos sectores militares hacia Yoon, lo que complicó los esfuerzos por su captura.
Contexto político y judicial
La Asamblea Nacional, controlada por la oposición, votó el 14 de diciembre a favor de la destitución de Yoon, una decisión que ahora está bajo revisión de la Corte Constitucional. Este organismo tiene 180 días para decidir si la destitución será definitiva o si el mandatario podrá ser reinstaurado en el cargo.
Mientras tanto, Yoon enfrenta cargos de insurrección y abuso de poder, aunque su defensa sostiene que la OIC no tiene competencia para investigar estos delitos. El exmandatario también goza de inmunidad en ciertos casos, pero esto no aplica para los cargos graves como traición o insurrección.
Repercusiones inmediatas
La detención de Yoon Suk-yeol ha polarizado a la opinión pública surcoreana y ha desatado intensos debates sobre el papel del poder militar y la justicia en la democracia del país. El caso también plantea preguntas sobre la estabilidad política de Corea del Sur y el futuro del sistema judicial frente a situaciones similares.
A medida que avanza la investigación, la atención internacional está centrada en las decisiones de la Corte Constitucional y en el desenlace de uno de los episodios más controvertidos en la historia reciente del país.