Fallece el papa Francisco en la Casa Santa Marta del Vaticano
El cardenal Kevin Farrell anunció el deceso del pontífice a las 7:35 a.m.; su última aparición fue durante la bendición Urbi et Orbi el domingo de Pascua.
Ciudad del Vaticano, 21 de abril de 2025 — La Iglesia Católica y el mundo entero se estremecieron este lunes al conocerse la noticia del fallecimiento del papa Francisco, quien murió en su residencia de la Casa Santa Marta a las 7:35 de la mañana, hora local. El anuncio fue realizado por el cardenal Kevin Farrell, camarlengo de la Cámara Apostólica, a las 09:45 desde el mismo recinto donde el pontífice pasó sus últimos días.
“Queridísimos hermanos y hermanas, con profundo dolor debo anunciar la muerte de nuestro Santo Padre Francisco”, declaró Farrell ante la prensa internacional y miembros del clero reunidos en la sede vaticana. “Toda su vida estuvo dedicada al servicio del Señor y de su Iglesia. Nos enseñó a vivir los valores del Evangelio con fidelidad, valentía y amor universal, especialmente en favor de los más pobres y marginados”, añadió visiblemente conmovido.
El papa Francisco, nacido Jorge Mario Bergoglio en Buenos Aires en 1936, fue elegido como el 266º pontífice de la Iglesia Católica el 13 de marzo de 2013. Primer papa latinoamericano y primer jesuita en llegar al trono de Pedro, su pontificado marcó una época de reformas internas, acercamientos con comunidades marginadas, y una incansable búsqueda de paz y justicia social.
Una despedida en medio de Pascua
La última aparición pública del pontífice ocurrió el domingo pasado durante la celebración de la Pascua. Aunque debilitado y visiblemente frágil, se presentó en silla de ruedas desde el balcón central de la Basílica de San Pedro para saludar a los fieles que colmaron la Plaza vaticana: “Queridos hermanos y hermanas, ¡feliz Pascua!”, expresó con una sonrisa serena.
Sin embargo, el tradicional discurso Urbi et Orbi, que cada año pronuncia el papa en esta fecha, fue leído en su nombre por un clérigo de alto rango, hecho que avivó las preocupaciones por su estado de salud. A pesar de su frágil condición, el papa había sostenido un breve encuentro la víspera con el vicepresidente de los Estados Unidos, J.D. Vance, en un intercambio cordial de saludos por la Pascua, lo que fue interpretado como una muestra de su inquebrantable compromiso hasta el final.
Un legado espiritual y humano
Durante sus doce años de pontificado, Francisco impulsó una Iglesia más abierta, inclusiva y activa en los desafíos contemporáneos. Promovió el diálogo interreligioso, denunció la pobreza y el cambio climático, y defendió los derechos de los migrantes. Su encíclica Laudato si’ sobre el cuidado de la casa común se convirtió en un referente moral para líderes globales más allá del ámbito religioso.
También se caracterizó por su estilo humilde: rechazó vivir en los apartamentos papales del Palacio Apostólico para residir en la Casa Santa Marta, donde finalmente falleció, y renunció a muchos de los lujos tradicionales del papado. Fue un pastor cercano al pueblo, que prefería el contacto directo con los fieles, ya fuera a través de visitas a cárceles, hospitales o zonas afectadas por catástrofes.
Comienza el tiempo de sede vacante
Tras su fallecimiento, se activa el protocolo de sede vacante, periodo que se extiende hasta la elección de un nuevo papa en el cónclave. Durante este tiempo, el camarlengo asume funciones administrativas y se inician los preparativos para las exequias, que se celebrarán en la Basílica de San Pedro en los próximos días, y que reunirán a líderes religiosos, políticos y fieles de todo el mundo.
El cuerpo del pontífice será expuesto en capilla ardiente para que los fieles puedan rendirle homenaje, en lo que se espera sea una multitudinaria manifestación de duelo y gratitud por su legado espiritual.
La Iglesia Católica se despide hoy no solo de su líder, sino de una figura histórica que conmovió corazones, rompió moldes y predicó, con hechos y palabras, un cristianismo vivo, cercano y compasivo. El papa Francisco regresa ahora “a la casa del Padre”, como dijo el cardenal Farrell, dejando una huella imborrable en el alma de la humanidad.