EE.UU. y cárteles mexicanos: ¿Hacia una intervención militar?
La designación de cárteles como «organizaciones terroristas» por parte de Trump pone a prueba la soberanía mexicana y recalienta la relación bilateral.
La posibilidad de una intervención militar estadounidense en México vuelve a la mesa
La idea de intervenir militarmente en México para combatir a los cárteles de la droga ha sido un tema recurrente para Donald Trump desde su primer mandato presidencial. Este debate se reavivó luego de que el expresidente republicano anunciara que, en caso de regresar a la Casa Blanca, designaría a los cárteles mexicanos como «organizaciones terroristas extranjeras». Una medida que allanaría el camino para una eventual acción militar en territorio mexicano.
El anuncio ha provocado reacciones encendidas en ambos lados de la frontera. Desde el Gobierno de México, encabezado por Claudia Sheinbaum, se ha rechazado cualquier posibilidad de subordinación a Washington. Sin embargo, la presidenta no ha especificado cuál sería su respuesta ante un escenario tan agresivo como el esbozado por Trump.
El fentanilo como excusa para la acción militar
El fentanilo, un opioide sintético que ha causado decenas de miles de muertes en Estados Unidos, ha sido el eje de las tensiones entre ambos países. Durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se negó inicialmente la producción de esta sustancia en México, pero con el tiempo se reconocieron decomisos importantes y el hallazgo de precursores químicos en territorio nacional.
Bajo la administración de Sheinbaum, los esfuerzos se han intensificado. En tan solo tres meses, se decomisaron 1.168 kilogramos de fentanilo, un 12.5% del total confiscado durante el sexenio anterior. No obstante, estos avances no han frenado las críticas desde el Partido Republicano, que sigue presionando por un enfoque más intervencionista.
Republicanos proponen catalogar a los cárteles como «organizaciones terroristas»
Legisladores republicanos, como Dan Crenshaw, han impulsado proyectos de ley para otorgar facultades a las Fuerzas Armadas de EE.UU. y combatir a los cárteles en México. La idea es utilizar la extraterritorialidad de las leyes estadounidenses para justificar intervenciones directas. Aunque esta iniciativa ha encontrado respaldo en ciertos sectores del Congreso, también genera dudas sobre las implicaciones legales y diplomáticas.
En México, figuras de la oposición como Lilly Téllez y Marko Cortés han planteado que una intervención podría ser aceptable bajo términos de cooperación bilateral, pero no de forma unilateral. Estas declaraciones han sido calificadas por Sheinbaum como «traición a la patria».
Un plan militar de largo alcance
Las revelaciones sobre los planes de intervención militar se remontan a 2020, cuando el exsecretario de Defensa de EE.UU., Mark T. Esper, publicó que Trump había sugerido lanzar misiles contra laboratorios clandestinos en México. Posteriormente, un documento del exfuncionario Ken Cuccinelli describió un plan en cuatro fases para llevar a cabo una guerra contra los cárteles. Este plan incluiría desde la declaración de «legítima defensa» hasta operaciones militares conjuntas y la utilización total del poderío militar estadounidense.
El reto para el Gobierno de Sheinbaum
A pocas semanas de la posible toma de posesión de Trump, el Gobierno mexicano enfrenta un panorama incierto. Sheinbaum ha insistido en la soberanía de México y en la fortaleza de la relación bilateral bajo el T-MEC. Sin embargo, no ha detallado cuáles serían las medidas concretas en caso de una acción militar unilateral por parte de EE.UU.
Las tensiones en torno al fentanilo y los cárteles no solo reflejan diferencias en estrategias de seguridad, sino también la compleja dinámica de una relación bilateral marcada por interdependencias económicas y políticas.
«El posible regreso de Trump a la presidencia de EE.UU. plantea serios desafíos para la soberanía mexicana y la estabilidad en la región. Mientras el debate sobre una intervención militar sigue escalando, la relación entre ambos países pende de un hilo que podría tensarse aún más con el inicio de una nueva administración en Washington.»