«China y su Llamado a Redefinir el Orden Mundial»
El 2024 en retrospectiva: Un año de conflictos y divisiones
El 2024 se despide dejando un rastro de tensiones políticas y sociales que han desafiado la estabilidad global. La administración de Joe Biden ha intensificado las sanciones económicas, apoyado movimientos de desestabilización y reforzado su papel en conflictos internacionales. Este enfoque ha reforzado la polarización global, dejando a muchos con una sensación de desesperanza.
La estrategia de “dividir para reinar”, tan arraigada en las relaciones internacionales, parece haberse normalizado al punto de ser percibida como inevitable. Sin embargo, en medio de esta realidad fracturada, surge una alternativa que invita a repensar cómo se configuran las relaciones globales: la Comunidad de Futuro Compartido para la Humanidad (CFC), propuesta por China.
La CFC: Una visión para un futuro global inclusivo
China ha sido objeto de críticas por su postura en el escenario global, acusada de no asumir un rol de liderazgo geopolítico al estilo de Estados Unidos o la antigua Unión Soviética. No obstante, este enfoque responde a una perspectiva distinta sobre las relaciones internacionales.
A diferencia de las alianzas militares tradicionales, como las de la OTAN, China mantiene asociaciones flexibles con diversos países, priorizando la cooperación económica y cultural sobre los pactos de defensa mutua. La esencia de la CFC radica en la idea de que el progreso global depende de la conectividad y la cooperación mutua, no de la confrontación.
Principios fundamentales de la CFC
El concepto de la CFC, presentado por Xi Jinping en 2013, promueve un modelo de relaciones internacionales basado en cinco principios clave:
- Paz y diálogo: Priorizar la resolución pacífica de conflictos.
- Seguridad compartida: Reconocer que la seguridad de un país está intrínsecamente vinculada a la de los demás.
- Cooperación ganar-ganar: Abandonar la mentalidad de suma cero.
- Aprendizaje mutuo: Fomentar el entendimiento intercultural.
- Armonía con la naturaleza: Integrar el desarrollo sostenible en las relaciones internacionales.
De la teoría a la práctica
La Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR) es la expresión más prominente de la CFC. Originalmente enfocada en infraestructura, ha evolucionado para incluir dimensiones digitales, ecológicas y sanitarias. Asimismo, China ha intensificado su apoyo al sistema de las Naciones Unidas, buscando reformas que reflejen las realidades del siglo XXI.
En el ámbito diplomático, China ha promovido soluciones pacíficas en conflictos como el de Ucrania y ha facilitado acuerdos históricos entre actores tradicionalmente enfrentados, como Arabia Saudita e Irán. Estas acciones ilustran un compromiso con la construcción de un mundo más equilibrado.
Un futuro incierto pero lleno de posibilidades
El camino hacia un nuevo orden global no estará exento de obstáculos. La hegemonía estadounidense y las dinámicas de poder tradicionales plantean retos significativos. Además, el principio de no intervención, central en la propuesta de la CFC, implica que cada pueblo debe liderar sus propias luchas políticas internas.
Sin embargo, la CFC ofrece una alternativa esperanzadora a la narrativa dominante. Al enfatizar la interdependencia y la cooperación, propone un modelo que podría garantizar la sostenibilidad y el progreso universal.
Conclusión: Repensar las relaciones internacionales
El 2024 nos deja un recordatorio urgente: el enfoque de confrontación y división no es sostenible. La propuesta de la CFC invita al mundo a adoptar una visión que trascienda las diferencias y fomente la colaboración global. Mientras más personas entiendan esta posibilidad, mayores serán las probabilidades de transformar el orden mundial.