Sheinbaum enfrenta una creciente crisis de violencia en México
A menos de un mes en el poder, Claudia Sheinbaum lidia con una ola de violencia que afecta a ciudades sitiadas por el crimen organizado, atentados contra figuras públicas y el rol cuestionado de las Fuerzas Armadas.
Atentados y ciudades sitiadas: La violencia que recibe a Sheinbaum en México
Claudia Sheinbaum, quien asumió la presidencia de México el pasado 1 de octubre, enfrenta un complejo y desafiante panorama de violencia en un país azotado por el crimen organizado y las acusaciones de violaciones a derechos humanos. En menos de un mes de mandato, el país ha registrado atentados, ejecuciones de figuras públicas, desapariciones forzadas y ciudades sitiadas por grupos criminales. La presencia de las Fuerzas Armadas, involucradas en operaciones letales y rodeadas de polémica, añade una capa de controversia sobre el papel del Estado en la crisis de seguridad que azota al país.
Violencia sin tregua en el sur y el rol de las Fuerzas Armadas
El 3 de octubre, apenas dos días después de la toma de posesión de Sheinbaum, un enfrentamiento entre migrantes y elementos de la Secretaría de Marina y la Policía Estatal Preventiva de Chiapas dejó seis personas muertas y doce heridas. Los agentes dispararon tras la negativa de los migrantes a detenerse para una inspección, una respuesta que despertó críticas generalizadas sobre el uso de la fuerza y un debate sobre las prácticas de las Fuerzas Armadas, cuyas intervenciones en la crisis de seguridad están bajo una constante lupa.
Esa misma jornada, en Colima, la Marina también fue protagonista de un controvertido incidente. Seis hombres fueron sacados de sus domicilios por militares y hallados muertos horas después. Aunque se intentó justificar el suceso como un enfrentamiento, la Fiscalía General de la República (FGR) abrió una investigación ante las inconsistencias en los reportes oficiales.
La violencia y el papel de las fuerzas armadas no se limitan a Chiapas. En Sinaloa, el 18 de octubre, un operativo militar dejó 19 presuntos narcotraficantes muertos en una acción en la que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) afirmó que no hubo bajas militares. Los detalles del operativo han provocado dudas y motivaron a Sheinbaum a ordenar una investigación para esclarecer los hechos, en medio de una narrativa oficial que insiste en la necesidad de inteligencia y coordinación como pilares de su estrategia de seguridad.
Culiacán: una ciudad sitiada
Sinaloa también enfrenta un punto álgido de violencia tras la captura de Ismael «El Mayo» Zambada en agosto, provocando una fractura en el Cártel del Pacífico y una guerra interna entre «Los Chapitos» y «Los Mayos». Los enfrentamientos han sumido a la ciudad de Culiacán en un estado de constante zozobra. La ciudadanía, replegada por el miedo, evita salir de sus casas ante balaceras constantes y ataques a medios de comunicación. En este contexto, Sheinbaum ha afirmado que su administración busca abordar las causas profundas de la violencia, enfatizando que su proyecto de seguridad apuesta a largo plazo, con un enfoque en inteligencia y atención social.
Asesinatos y atentados en todo el país
El clima de violencia no es exclusivo de Sinaloa ni Chiapas; la inseguridad se ha expandido a estados como Guerrero, Ciudad de México y Guanajuato. El 4 de octubre, la abogada y activista Sandra Estéfana Domínguez y su esposo fueron reportados como desaparecidos en Oaxaca, en un caso que desató la alerta de organismos de derechos humanos. Pocos días después, el alcalde de Chilpancingo, Alejandro Arcos, fue hallado decapitado, un hecho que conmocionó tanto a México como al mundo.
En el ámbito de los atentados contra figuras públicas, el asesinato de la activista Diana Sánchez Barrios en la Ciudad de México y el ataque a la abogada Oralia Pérez Garduño muestran la extensión de la violencia que azota a diversos sectores de la sociedad. Mientras tanto, en Chiapas, el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez ha causado indignación en comunidades y organizaciones nacionales, quienes lo consideraban un defensor de la paz en la región.
Una estrategia en entredicho
El gobierno de Sheinbaum, con apenas unas semanas en el poder, enfrenta desafíos monumentales. A medida que la violencia se intensifica, la presión sobre la administración de la presidenta aumenta, especialmente en lo relacionado con el accionar de las Fuerzas Armadas. Con el aniversario de su primer mes en el cargo a la vuelta de la esquina, Sheinbaum insiste en una estrategia que prioriza el uso de inteligencia, investigación y políticas a largo plazo.
En medio de esta compleja situación, la mandataria ha reiterado su compromiso de atender las causas de la violencia, aunque, por ahora, los reclamos por una respuesta inmediata y eficaz aumentan desde distintos sectores de la sociedad. La atención internacional también se ha centrado en México, a medida que la comunidad internacional demanda explicaciones sobre las presuntas ejecuciones extrajudiciales y la posible vulneración de los derechos humanos en el país.
A un mes de haber asumido el poder, Claudia Sheinbaum enfrenta un desafío mayúsculo: restaurar la paz y confianza de una sociedad atrapada en la espiral de violencia y criminalidad que continúa escalando.